El envejecimiento de la población es un hecho real. El aumento de la esperanza de vida, acortamiento de la vida laboral y la jubilación anticipada son las razones principales para el crecimiento de este sector. Con el auge de las nuevas tecnologías el distanciamiento de este sector con la sociedad parece aún mayor.

Es de gran importancia destacar que la implementación de las nuevas tecnológicas en nuestra sociedad actual supone importantes ventajas para el sector de la Tercera Edad, sin embargo, se sienten alejadas de ellas. Resulta evidente que este distanciamiento genera una desigualdad en el uso y provecho de las nuevas tecnologías que puede deberse a estas causas:

La utilidad: Muchos mayores desconocen cual es la utilidad de algunos dispositivos e instrumentos que puede mejorar su calidad de vida.

El envejecimiento de la población es un hecho real. El aumento de la esperanza de vida, acortamiento de la vida laboral y la jubilación anticipada son las razones principales para el crecimiento de este sector. Con el auge de las nuevas tecnologías el distanciamiento de este sector con la sociedad parece aún mayor.

Es de gran importancia destacar que la implementación de las nuevas tecnológicas en nuestra sociedad actual supone importantes ventajas para el sector de la Tercera Edad, sin embargo, se sienten alejadas de ellas. Resulta evidente que este distanciamiento genera una desigualdad en el uso y provecho de las nuevas tecnologías que puede deberse a estas causas:

La utilidad: Muchos mayores desconocen cual es la utilidad de algunos dispositivos e instrumentos que puede mejorar su calidad de vida.

La complejidad en el uso: A muchos les inquieta el hecho de adentrarse en un mundo demasiado complejo para ellos. Muchas personas no se atreven a utilizar estas herramientas por miedo a meter la pata, piensan que en cualquier momento pueden tocar una tecla inadecuada y perder toda la información o incluso borrar el contenido del disco duro.

El sentimiento de desfase: Según las últimas estadísticas, la mayoría de los adultos mayores que se introducen de forma autónoma en el mundo de las nuevas tecnologías suelen contar con una edad de entre 50-55 años. Por lo cual, existe un sentimiento de desfase con respecto a estos nuevos instrumentos.

Capacidad económica reducida: La capacidad de acceso a la tecnología más actual por parte del sector de la Tercera Edad es más dificultoso, debido a los altos costes que aun supone.

Nuestros mayores pueden padecer de cierta torpeza, pero no son tontos, de manera que con los conocimientos y las herramientas adecuadas pueden disfrutar de todas las posibilidades que ofrece la tecnología de una manera segura. Ahora bien, nuestro rol y nuestras acciones son un elemento fundamental para que así sea. Y aunque el maldito COVID nos ha robado  a muchos de ellos, otros tantos siguen aquí con nosotros, regalándonos sonrisas y disgustos. Por eso nos toca ahora velar por su seguridad (ciberseguridad), y no nos podemos permitir fallarles.